El Gran Premio de Las Vegas, en su segunda edición desde su retorno al calendario de Fórmula 1, no decepcionó. En medio de la extravagancia y el glamour de la famosa ciudad estadounidense, Max Verstappen llegó con la oportunidad de consagrarse como tetracampeón del mundo. Para sellar el título, el piloto de Red Bull solo necesitaba sumar cinco puntos más que Lando Norris, único rival matemático que aún podía arrebatarle el campeonato. Aunque terminó quinto, una posición conservadora para su estándar habitual, logró lo necesario para proclamarse campeón del mundo por cuarto año consecutivo.
La salida fue limpia, pero las primeras curvas ya dejaron entrever el gran ritmo de los Mercedes. George Russell, que partía desde la pole, mantuvo el liderato sin problemas y rápidamente comenzó a escaparse, mientras su compañero Lewis Hamilton, que salía décimo, iniciaba una remontada fulgurante que lo llevaría a la segunda posición antes de mitad de carrera. Verstappen, por su parte, superó a los Ferrari de Carlos Sainz y Charles Leclerc tras una lucha intensa, pero la falta de ritmo de su Red Bull en este trazado urbano le impidió pelear por los primeros puestos.
Ferrari, que arrancó con esperanzas de podio tras buenos resultados en la clasificación, sufrió un desgaste constante en la carrera. Sainz, en particular, protagonizó una emocionante pelea con Verstappen, pero terminó cayendo al cuarto lugar. Charles Leclerc también batalló con el neerlandés, aunque finalmente pudo adelantarlo en las últimas vueltas para asegurarse el cuarto puesto. Este resultado refuerza la lucha de Ferrari por consolidarse como el tercer equipo en el campeonato de constructores.
Por otro lado, McLaren no encontró el ritmo en Las Vegas. Lando Norris, principal contendiente de Verstappen por el título, tuvo una carrera discreta en la que apenas pudo mantenerse en la sexta posición, sin opciones reales de acercarse a los puestos de podio. Su compañero Oscar Piastri también quedó relegado al séptimo lugar, reflejando las limitaciones del equipo británico en un circuito que no favoreció su configuración aerodinámica.
Más allá de los líderes, el circuito urbano de Las Vegas ofreció múltiples incidentes y estrategias variadas. Sergio Pérez, que partía desde la duodécima posición tras una complicada clasificación, logró remontar hasta el décimo puesto, aunque lejos de los resultados esperados para el segundo Red Bull. Fernando Alonso, con una estrategia arriesgada que incluyó una parada temprana, terminó undécimo, quedándose nuevamente fuera de los puntos pese a mostrar un rendimiento sólido durante gran parte del fin de semana.
Mientras tanto, Mercedes celebró un doblete que no lograba desde hace más de un año. George Russell cruzó la línea de meta con autoridad, asegurando su segunda victoria de la temporada, mientras Hamilton consolidó el segundo lugar tras superar a Leclerc y Sainz en las primeras vueltas. Este resultado no solo refuerza al equipo alemán en su lucha por el subcampeonato de constructores, sino que también demuestra que su desarrollo aerodinámico ha dado frutos en esta última parte de la temporada.
Al finalizar la carrera, Verstappen recibió un reconocimiento especial por su cuarto título mundial. Con este logro, iguala a figuras legendarias como Alain Prost y Sebastian Vettel, consolidándose como uno de los grandes de la Fórmula 1. Aunque su desempeño en Las Vegas no fue tan brillante como en otras citas del año, su dominio a lo largo de la temporada ha sido innegable. Red Bull, por su parte, se lleva el consuelo de ver a su estrella seguir escribiendo historia, incluso en un fin de semana en el que el equipo no estuvo a la altura de sus rivales.