A lo largo de ésta semana, los equipos de la IndyCar han estado llevando a cabo las tradicionales sesiones de entrenamientos en el óvalo de Indianapolis, previas a la clasificación para las 500 millas. Salvo el lunes, donde una lluvia paralizó la acción más de 2 horas, los equipos han podido disfrutar al completo de las 6 horas diarias de entrenamientos.
La tónica general de éstos 4 días ha permitido comprobar que, si bien los Chevrolet parecen disfrutar de una cierta ventaja, ésta no es tan acusada como en circuitos. Aún así, 8 de los 10 tiempos más rápidos les pertenecen. La excepción a esto ha sido Carlos Muñoz. El colombiano consiguió en la jornada del miércoles la única vuelta por encima de 230 mph antes del turbo boost del viernes. El colombiano, 2º en su debut en las 500 en 2013 tras calificar 2º, al igual que el año pasado, parece vivir un idilio con el óvalo, y es un claro candidato a la pole, mientras sus compañeros en Andretti apenas han conseguido superar las 227.
Tendrá que pelear, sin embargo, contra las grandes armas de Chevrolet: Penske, Ganassi y CFH Racing. Simon Pagenaud ha sido uno de los más destacados de la semana, rodando en todo momento con muy buen ritmo y una magnífica regularidad en tandas largas, con o sin rebufo, liderando ambos apartados en la sesión del jueves. No será el único a vigilar, ya que hombres como Power, Montoya, Carpenter, Kanaan o Dixon serán duros contendientes.
El piloto español Oriol Servià también ha competido en éstas sesiones en busca de disputar sus 7ªs 500 millas. Enrolado de nuevo en Rahal Letterman Lanigan Racing al volante del #32, el número con el que fue campeón de Indy Lights en 1999, el catalán ha rodado en todo momento en la parte media de la parrilla, sin destacar en exceso pero sin pasar apuros, consiguendo tiempos válidos con relativa comodidad. Será difícil que iguale su primera fila de 2011 ni su 4º puesto en 2012, pero un top 10 en carrera no es imposible.
Sin embargo, si de algo se ha hablado en ésta semana en Indianapolis, incluso más que de la posibilidad de romper el récord de la pole, es de los accidentes. En concreto, 2 durísimos impactos, muy similares en todos los aspectos. El miércoles, cuando se disponía a hacer su primera vuelta lanzada del día, Helio Castroneves sufrió un subviraje masivo en la primera curva. Nada fuera de lo normal en un óvalo, causa seguramente de un setup erróneo. El problema vino en el impacto, y es que el coche de Helio, que golpeó lateralmente y se quedó en dirección contraria, salió volando debido al flujo de aire en la parte trasera, llegando a estar boca abajo en el aire, antes de impactar contra la pista. Castroneves salió intacto del accidente, no así su coche.
Al día siguiente, y después de que Chevrolet retirase de sus coches una pieza sospechosa de haber causado el vuelo, Josef Newgarden cometió un error en la curva 1 al pisar la línea interior, trompeando. El impacto fue más seco que el de Castroneves, pero con la misma trayectoria: golpe lateral, coche en dirección contraria y por los aires. El de Newgarden no voló tanto, pero terminó boca abajo. El joven piloto norteamericano tampoco sufrió lesión alguna. Los aerokits han sido puestos en el punto de mira tras éstos incidentes. Si bien son impactos y trayectorias más comunes de lo que se pueda pensar en accidentes en óvalo, lo consecutivo de los mismos y el tipo de vuelo ha despertado una cierta preocupación que debería desembocar en algún tipo de medida en las próximas horas o días.
No fueron los únicos sobresaltos de la semana. El martes, una fuga de gasolina hizo que el coche de Simona de Silvestro (el #29, 5º coche de Andretti) prendiera en llamas en su parte trasera. Al contrario que en otros incidentes con fuego que ha sufrido la suiza en el pasado, todo fue más tranquilo ésta vez, saliendo ella por su propio pie. El miércoles, la otra fémina de la parrilla, la británica Pippa Mann, compitiendo en el #63 de Coyne, perdió el control de su coche a la salida de la curva 4 mientras seguía el rebufo de Marco Andretti, que levantó el pie. Mann se subió más de lo debido a la curva y su coche golpeó, primero, con el muro en el interior de la pista, y después con las protecciones del muro de boxes. Por suerte, sin consecuencias físicas para ella.
Tras la jornada de ayer, los 34 pilotos inscritos para la carrera ya habían tomado parte en alguna sesión. Buddy Lazier fue el más remolón, haciéndolo en la última hora de la sesión de ayer, y apenas ha completado 10 vueltas. Se llegó a rumorear que el equipo, propiedad de su padre, buscaba a un piloto con patrocinador debido a su débil economía, pero parece que el ganador de 1996 y campeón de la Indy Racing League en el 2000 tendrá la oportunidad de clasificarse.
A pesar de ser el candidato número 1 a quedarse a las puertas de clasificar, no es el único. Pilotos como Bryan Clauson, que liderará el regreso de Byrd Racing a la IndyCar tras 10 años, y Carlos Huertas, piloto del 18 de Coyne, han tenido bastantes problemas para ir rápido éstos días y podrían verse en peligro si no encuentran el setup adecuado rápido. Quienes no parecen tener problemas, aunque si complicaciones, son los pilotos del #19. James Davison rodó bastante rápido en la jornada del miércoles. Sin embargo, sus compromisos en la Pirelli World Challenge (corren éste domingo en Mosport, Canadá) le obligan a perderse la clasificación. Por tanto, será el francés Tristan Vautier, campeón de Indy Lights en 2012 y piloto de Schmidt en 2013, quien se encargue de clasificar el coche.
Éste viernes, de 18:00 a 00:00 (hora española) se disputa una nueva sesión, en el que se conoce como “Fast Friday”, que podrá seguirse en directo a través de racecontrol.indycar.com, con streaming y live timing. Y es que los equipos, en el día de hoy, podrán aumentar la presión del turbo, por lo que se esperan grandes velocidades. Por suerte, sin mayores incidentes.