El último día dedicado exclusivamente a prácticas antes de la clasificación para las 500 millas de Indianapolis dejó un halo de cierta decepción entre pilotos y fans. Y es que el Fast Friday no proveyó las velocidades medias que se esperaban. Tras alcanzar las 230 millas por hora entre semana, se esperaba que el turbo boost acercase a los IndyCar a las esquivas 232 mph, que no se alcanzan desde 2003.
Sin embargo, un par de elementos naturales jugaron en su contra. El primero, un calor intenso. Tras 4 días de temperaturas moderadas, ayer se vieron las condiciones más calurosas de la semana, que duraron casi hasta bien entrada la Happy Hour. El segundo fue el viento, que sopló con fuerza durante toda la tarde, causando numerosos desequilibrios en los setups de los coches y limitando sobremanera el rodaje de los pilotos, que apenas completaron vueltas entre la 2ª y la 4ª hora. Además, muchos pilotos especulan que las modificaciones en los aerokits a consecuencia de los incidentes de los últimos días han minimizado su efecto, y que las velocidades sólo subirán ligeramente con respecto al año pasado.
A pesar de un par de interrupciones por restos en la pista, la Happy Hour alentó a los pilotos a buscar un buen crono, pero en ningún momento se formaron filas de rebufos, siendo como mucho rebufos de 2 pilotos. El único que logró batir el tempranero registro de Scott Dixon fue Simon Pagenaud. El piloto francés consiguió un 230.698, mejor registro de la semana, pero lejos de lo esperado, que apenas sirvió para mejorar el 230.655 de Dixon. Conseguido sin rebufo, el neozelandés fue el más rápido todo el día en tandas en solitario y se postula como uno de los grandes candidatos a la pole position.
Honda ha demostrado no estar muy lejos de Chevrolet cuando las cosas se ponen serias. Marco Andretti logró superar las 230 mph para terminar en un buen 4º lugar, y tanto Gabby Chaves como Takuma Sato rozaron esa barrera. Otros que superaron las 230 mph sin rebufo, aparte de Dixon, fueron Will Power y Sage Karam, ambos Chevy, por lo que parece que, si bien no con la ventaja de los circuitos, Chevrolet sigue teniendo la mano ganadora.
A otros pilotos, en cambio, no les fue tan bien. Josef Newgarden terminó en 28º lugar, padeciendo de nuevo problemas de setup. El norteamericano, con su coche reparado en tiempo récord tras su accidente del jueves, hizo más de 50 vueltas sin conseguir el ritmo. Su 225.2 en solitario fue el tercer peor registro en éste apartado de toda la parrilla, por lo que puede pasarlo mal en la clasificación del sábado, aunque al final consiguiese un 227.8 con rebufo. Tampoco le fue muy allá a Bryan Clauson, que no llegó a 227 a pesar de hacer 81 vueltas, a Tristan Vautier, que en su primer día completo en sustitución de Davison apenas rodó, a Pippa Mann, con serios problemas de velocidad punta, y a Buddy Lazier, que ni siquiera ha superado su refresher test y apenas forzó el motor.
En cuanto a Oriol Servià, el español mantuvo la tónica de los últimos días, e incluso con una ligera mejoría. Fue el 12º mejor rodando en solitario, con un 228.878. Apenas hizo 15 vueltas y no entró en juegos de rebufos, por lo que su tiempo sólo le sirvió para ser 21º, pero la clasificación debería ser más tranquila que en los 3 últimos años. Tras varios días de sobresaltos, la jornada transcurrió con total normalidad, con las típicas interrupciones por inspección de la pista. La acción en pista se reanuda hoy con 2 horas de entrenamientos a partir de las 14:00 (hora española). Desde las 16:45, y durante 7 horas, tendrá lugar el primer día de clasificación, que decidirá los 9 integrantes del Fast Nine para la tarde del domingo, y los 4 pilotos que deberán evitar ser bumpeados la mañana del domingo.
