Carlos Sainz jr vs Roberto Merhi

Sorprende que en una época donde los patrocinios están desapareciendo y donde la presencia de pilotos españoles en campeonatos continentales está en plena decadencia, la temporada acabe con dos de los pocos pilotos españoles con coche jugándose el título de una de las antesalas de la Formula 1.

Si alguien hubiera dicho a principio de temporada esperaba este desenlace muy posiblemente esté faltando a la verdad. Aunque sería hipócrita decir que no se esperaba que Carlos Sainz luchase por el título. El piloto madrileño ha realizado un excelente trabajo, y el formar parte de una de las mejores canteras de pilotos en cuanto a recursos se refiere, el Red Bull Junior Team, le ha permitido no solo contar con una gran preparación sino con uno de los asientos más codiciado por los pilotos, el del equipo DAMS.

La aparición de Roberto Merhi ha sido, por llamarlo de alguna manera, más inesperada. El piloto castellonense buscaba un nuevo camino tras dos años en el DTM que no le terminaron de satisfacer. En pretemporada aparecía subido a uno de los monoplazas del equipo Zeta Corse, un equipo italiano al borde de la quiebra que se había pasado todo 2013 vendiendo sus asientos carrera a carrera al mejor postor y que este 2014 había sido comprado por un grupo ruso para continuar con la formación de Roman Mavlanov. El equipo técnico, totalmente nuevo y excesivamente inexperto necesitaba alguien que encauzara el proyecto, un piloto talentoso y con experiencia. Alguien les recomendó a Roberto, probaron a Roberto, y se quedaron a Roberto, en una decisión que sin duda debería ser premiada ya que el piloto español ha dado un rendimiento totalmente por encima de lo esperado, tanto que ha llevado a Zeta Corse a las primeras posiciones de la tabla de equipos a pesar de que solo ha puntuado con uno de sus dos pilotos.

El camino de ambos pilotos hasta llegar a esta situación ha sido distinto y similar al mismo tiempo. Roberto llegaba con la necesidad de reivindicarse, pues sus dos últimas temporadas en el DTM habían rebajado su caché de forma posiblemente injusta y muchos aficionados dudaban de su valía. Roberto, como otros pilotos de gran talento como Juncadella o Wehrlein, se han visto acorralados por la falta de programa de promoción entre los pilotos Mercedes. Mercedes le quería, estaban encandilados con su pilotaje, pero todo lo que podían ofrecerle era pasar a ser piloto profesional y un coche en el DTM. Merhi aceptó, aunque quizás no lo hubiera hecho de haber sabido lo que le esperaba. La primera temporada fue relegado al equipo Persson Motorsport, un equipo que llegó a la primera carrera del año sin mecánicos, pues todos los que conservaba de la temporada 2011 acabaron haciendo las maletas. El patrón del equipo no podía ni viajar a los circuitos porque se llevaba a matar con la cúpula de Mercedes.

Aquél año pasaron decenas de cosas impropias de un equipo profesional. De forma anecdótica Roberto contaba que durante el show-event en el estadio de Munich su cambio de neumáticos lo realizaron los mecánicos de HWA, y éste fue tan rápido en comparación con los de su equipo que llegó a quedarse bloqueado, tardando unas décimas más de la cuenta en reaccionar. 2013 debió ser un mejor año para Roberto, que tras la desaparición de Persson caía en el equipo HWA, pero no todo fue como él esperaba. Roberto no entendía por qué le costaba ir rápido. Personal del equipo confirmaba tiempo después que Merhi había solicitado probar otro chasis, pero que Mercedes no atendió a sus peticiones. Ya en pretemporada, Pascal Wehrlein heredó el chasis de Roberto y se bajó del mismo diciendo “algo no está bien”. Merhi tenía razón, pero el daño estaba hecho. Aun así Roberto acabó el año de la mejor forma posible, pues no muchos pilotos pueden decir que tras salir en última fila y ser sancionados con un DT al fallar el freno automático durante el procedimiento de salida, lograron subir al podio, rozando la victoria.

Así que 2014 era el año en que Merhi debía reivindicarse, demostrarle al mundo que él seguía siendo el mismo piloto que maravilló en categorías inferiores, el mismo piloto que venció el Europeo de Formula 3. Y vaya si lo ha hecho.

Carlos Sainz por su parte generó expectación desde que comenzó a rodar con la Formula BMW. Tener ese apellido siempre ha hecho que haya gente siguiéndolo de cerca. Sainz respondió bien con buenos resultados en la extinta Formula BMW y en la Formula Renault 2.0, llegando a ganar Northern European Cup en su primer año. Se decidió que Sainz diera el salto a la Formula 3, donde compitió  en prácticamente la totalidad de carreras de la británica y la Euroseries, más de 50 contando Zandvoort y Macau. Sainz fue rápido, jamás le ha faltado velocidad, pero los resultados fueron quizás demasiado irregulares y quizás con demasiados incidentes durante la temporada.

Para 2013, Red Bull decidió juntar a dos de sus pilotos, Sainz y Kvyat, en la renovada GP3, que estrenaba motores atmosféricos de gran potencia, mientras un tercero, Da Costa, repetía en la Formula Renault 3.5. El debut del equipo Arden fue desastroso, no se adaptaron a unas gomas que se destrozaban en cuanto alguien osaba hacer una vuelta rápida. Pero el equipo mejoró y Sainz afrontaba el final de temporada con posibilidades de ser campeón, pero los resultados no acababan de llegar al tiempo que su máximo rival, Kvyat realizó un sensacional final de temporada que le llevó a ganar las tres últimas carreras principales del año, consiguiendo el título con 30 puntos de margen, y unos dolorosos 102 puntos de ventaja con Sainz que estaban lejos de evidenciar la diferencia real  entre ambos pilotos.  Para fortuna de Sainz, éste realizó una serie de carreras en la Formula Renault 3.5 con el equipo Zeta Corse, un equipo en decadencia con el que sorprendió con una sexta posición en Monaco, el día que debutaba en el coche y en el circuito, demostrando una vez más, tanto la velocidad de Carlos como su gran adaptación al vehículo que fuese.

2013 llegaba a su fin. Carlos sonaba con fuerza para sustituir a Ricciardo en Toro Rosso. Mucho se habló de los test  con el Formula 1 y lo mucho que había gustado su rendimiento en el equipo, sin embargo, en Red Bull se decidieron por Kvyat, no sin cierta sorpresa tanto en Sainz como en Da Costa. La excelente evolución del ruso había sido suficiente para convencer a los austriacos.

Sainz llegaba a la presente temporada usando posiblemente su última bala, queriendo demostrar a todos que es un piloto merecedor de un asiento en la Formula 1. Las 7 victorias en 15 carreras logradas hasta la fecha demuestran que es un piloto ganador, y que el llegar líder a esta última cita del año no es fruto de la casualidad, y únicamente el buen hacer de Roberto ha evitado que llegase ya campeón a estas últimas dos carreras del año en un certamen que lleva años decidiéndose en la última carrera.

La lucha llega a Jerez bastante definida. El doblete conseguido en Paul Ricard ha decantado la balanza del lado de Sainz que llegan con 227 puntos por 183 de Merhi, 44 puntos de ventaja cuando solo restan 50 por disputarse, por lo que a Sainz le bastará con finalizar en séptima posición el sábado, independientemente de lo que haga Roberto. Muy mal se tendría que dar para que este sábado no tuviésemos nuevo campeón, y con suerte, nuevo subcampeón español en la categoría, aunque Gasly hará todo lo posible por recortar los 11 puntos de desventaja que tiene con Merhi.

Independientemente de lo que pase este fin de semana, ambos pilotos deberán sentirse orgullosos de la temporada que han protagonizado, y de ser los primeros en lograr copar las dos primeras posiciones desde que en el año 1998 lo hicieran Marc Gené y Ángel Burgueño, cuando esta categoría daba sus primeros pasos aún con el nombre de Open by Nissan y que nunca había ocurrido en una antesala de la Formula 1, ni GP2, ni Formula Renault 3.5, ni en la extinta Formula 3000.