Momentos antes de iniciar la carrera del GP de Tailandia en Buriram, Alex Márquez sufrió una caída que complicó su posición de salida. Cuando faltaban poco más de veinte minutos para el inicio y los pilotos estaban en el pitlane, Márquez se accidentó en la curva 11 mientras probaba una línea de la pista que había utilizado en el warm-up. Debido a la lluvia y al estado del piano en esa curva, la moto perdió adherencia y el piloto terminó en el suelo.
Márquez tuvo que regresar a pie al box, donde la segunda moto estaba configurada para condiciones de seco. El equipo Gresini, en un esfuerzo frenético, ajustó la moto para la lluvia, pero la demora obligó al catalán a iniciar desde el pitlane. Finalmente, Alex salió último en la parrilla, arrancando desde la posición 23, y logró remontar hasta el décimo lugar, un resultado aceptable dadas las circunstancias.
"La he 'cagado', así de claro. Fue un error de cálculo; vi que había más agua, pero quise intentarlo", explicó Márquez. A pesar de las dificultades, mantuvo el enfoque en terminar la carrera y, tras adelantar en las primeras vueltas, se estableció en el décimo lugar sin tomar riesgos adicionales. "Hoy no tenía un buen feeling, y aunque no hubiese caído, creo que no hubiera quedado mejor que octavo", reconoció.
El piloto concluyó con un mensaje claro: "Este error es cien por cien mío y lo tomo como una lección. Hoy la prioridad era llevar la moto de vuelta al box sin incidentes".