La carrera en Buriram parece haber sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Aleix Espargaró, el piloto catalán se ha cansado y quiere un mejor rendimiento de la Aprilia de cara a la temporada que viene. Acabó la última carrera a más de 21 segundos de Marc Márquez y sufrió un claro problema de potencia ya que se vio muy superado por el resto de motos en el trazado tailandés.
“Está siendo un año muy frustrante. Yo soy una persona súper positiva, pero tanto como Redding nos quejamos de los mismos problemas pero no mejoramos. Sabíamos que íbamos a sufrir porque en el motor nos falta bastante y arrastramos muchos problemas de agarre. Hicimos algunos cambios en la geometría de la moto, rotamos el motor, cambiamos el reparto de pesos y perdimos todo el agarre de detrás. Cada semana hacemos test, y de los últimos tres meses he estado en casa solo diez días.
Pero seguimos sin mejorar nada. Es importante que la moto de 2019 sea competitiva porque este año ha sido un desastre. Soy demasiado competitivo como para estar aquí rellenando parrilla. Otro año más terminando el 17º, jugándomela en todos lados y sacándole 30 segundos a mi compañero de equipo y sería el último (año), eso segurísimo. Confío en Romano, máximo responsable de la estructura, y quiero pensar que la moto de la temporada que viene será buena. Somos la fábrica más pequeña y tenemos que crecer. Además, en 2019 llega Iannone, un piloto muy rápido que está subiendo al podio este año”.