Audi ha dominado a placer la última década en lo que a resistencia se refiere, con incontables victorias tanto en le Mans como en las Le Mans Series y más tarde en el Mundial de resistencia. Sin embargo, el título de campeones se les ha resistido durante los dos últimos años, siendo derrotados primero por Toyota y este año por Porsche.
Audi desea retomar el trono y para ello no ha escatimado en esfuerzos, aprendiendo de los errores que le han lastrado en 2014 y 2015, principalmente centrados en la potencia eléctrica, pero sin descuidar la parte aerodinámica. Y precisamente ha sido su aerodinámica la que más ha llamado la atención.
En solo 5 años, el concepto aerodinámico de los LMP1 ha cambiado radicalmente, pasando de diseños angulosos donde se buscaba la penetración en el aire al actual diseño de coche ladrillo, donde se busca la canalización del aire entre el vehículo, y donde la pared vertical que supone la zona de los faros delanteros resulta beneficiosa, por difícil que sea de entender para el ojo no experto.
Audi continúa una tendencia que ha ido a más con cada presentación de LMP1 y LMP2 en los últimos años, y que ya llamó la atención con el Toyota de la presente temporada. Pero sobre todo, Audi se ha centrado en la parte que más quebraderos de cabeza le ha dado últimamente, la eléctrica. El nuevo e-tron estrenará un nuevo sistema con baterías de iones de litio y un motor TDI diseñado para maximizar la característica eléctrica, adoptando el máximo permitido de consumo eléctrico con el que Audi asegura que será el más potente y eficiente diseñado hasta la fecha.
“Con nuestro nuevo Audi R18 realizamos una declaración de intenciones: Audi continúa poniendo el acelerador a fondo en el automovilismo deportivo confiando plenamente en los TDI para Le Mans, la tecnología de eficiencia de mayor éxito en el mundo del automóvil”, declara el Director de Audi Motorsport, Wolfgang Ullrich.