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El Campeonato Mundial de Resistencia ha anunciado una reducción de potencia para los coches LMP2 de cara a la temporada 2021. El objetivo es limitar su rendimiento en pista para establecer diferencias más claras con la nueva categoría que entrará en vigor la próxima temporada, los nuevos Hypercar.
Según se puede leer en la web oficial del WEC, los motores Gibson, montados en diferentes chasis como Oreca/Alpine, Dallara, Riley o Ligier, perderán unos 40 caballos de modo que pasan de 600 a 560 caballos de potencia. Otra de las argumentaciones es que, al tener menos potencia, el desgaste de los componentes mecánicos será menor y se alargará la vida útil del propulsor, siendo el mantenimiento menos costoso para los diferentes equipos.
Esta medida no solo se aplica al Mundial de Resistencia, sino también a las European Le Mans Series, la IMSA y las Asian Le Mans Series. En el caso de la IMSA, esto resultaría en una diferencia aún mayor entre los LMP2 y los prototipos DPi – que son en efecto versiones mejoradas de chasis LMP2, siendo el Acura una variante del Oreca al igual que el Cadillac una variante del Dallara y el Mazda utilizando el chasis Riley como su base.
Tanto la FIA como el ACO están trabajando ya en una redefinición de la estrategia de estos coches de cara a 2023 en adelante. Mientras tanto, los Hypercar irán tomando fuerza como los nuevos dominadores del Mundial de Resistencia y de Le Mans, siendo los sucesores de los LMP1 que se despedirán en las 8 Horas de Bahréin.