Ferrari cree que ha logrado dejar atrás los problemas de rebote que afectaron su coche durante el 2024, según su ingeniero Jock Clear. Estos problemas, conocidos como "porpoising", se hicieron evidentes con una actualización del suelo introducida en el GP de España, pero que no produjo los resultados esperados. El equipo tuvo que revertir la mejora para las carreras siguientes y revisar la geometría del coche antes de las vacaciones de verano.
Clear explicó que la discrepancia entre los datos del túnel de viento y el rendimiento en pista fue clave para identificar el origen de los problemas. “Había algunas anomalías entre lo que pasaba en el túnel y lo que veíamos en la pista, y teníamos que solucionarlas", detalló el ingeniero, quien aseguró que, tras ajustar el enfoque, el equipo ha corregido estos errores.
A pesar de las mejoras, Clear subrayó que la normativa de efecto suelo presenta retos continuos en la correlación de datos entre el túnel de viento y las condiciones reales en pista. La altura del coche es un factor determinante en la generación de carga aerodinámica, y pequeños cambios pueden provocar grandes variaciones en el comportamiento del monoplaza. "Cuando tocas el asfalto, pierdes toda la carga, y cuando vuelve a cinco milímetros, tienes mucha carga y eso provoca los saltos del coche", explicó Clear, asegurando que este es un desafío común a todos los equipos bajo las actuales regulaciones.